miércoles, 20 de marzo de 2013

Henry Ford

Empresario norteamericano (Dearborn, Michigan, 1863-1947). Tras haber recibido sólo una educación elemental, se formó como técnico maquinista en la industria de Detroit. Tan pronto como los alemanes Daimler y Benz empezaron a lanzar al mercado los primeros automóviles (hacia 1885), Ford se interesó por el invento y empezó a construir sus propios prototipos. Sin embargo, sus primeros intentos fracasaron.

Henry Ford
No alcanzó el éxito hasta su tercer proyecto empresarial, lanzado en 1903: la Ford Motor Company. Consistía en fabricar automóviles sencillos y baratos destinados al consumo masivo de la familia media americana; hasta entonces el automóvil había sido un objeto de fabricación artesanal y de coste prohibitivo, destinado a un público muy limitado. Con su modelo T, Ford puso el automóvil al alcance de las clases medias, introduciéndolo en la era del consumo en masa; con ello contribuyó a alterar drásticamente los hábitos de vida y de trabajo y la fisonomía de las ciudades, haciendo aparecer la «civilización del automóvil» del siglo XX.
La clave del éxito de Ford residía en su procedimiento para reducir los costes de fabricación: la producción en serie, conocida también como fordismo. Dicho método, inspirado en el modo de trabajo de los mataderos de Detroit, consistía en instalar una cadena de montaje a base de correas de transmisión y guías de deslizamiento que iban desplazando automáticamente el chasis del automóvil hasta los puestos en donde sucesivos grupos de operarios realizaban en él las tareas encomendadas, hasta que el coche estuviera completamente terminado. El sistema de piezas intercambiables, ensayado desde mucho antes en fábricas americanas de armas y relojes, abarataba la producción y las reparaciones por la vía de la estandarización del producto.

Ford y su motor V8
La fabricación en cadena, con la que Ford revolucionó la industria automovilística, era una apuesta arriesgada, pues sólo resultaría viable si hallaba una demanda capaz de absorber su masiva producción; las dimensiones del mercado norteamericano ofrecían un marco propicio, pero además Ford evaluó correctamente la capacidad adquisitiva del hombre medio americano a las puertas de la sociedad de consumo.
Siempre que existiera esa demanda, la fabricación en cadena permitía ahorrar pérdidas de tiempo de trabajo, al no tener que desplazarse los obreros de un lugar a otro de la fábrica, llevando hasta el extremo las recomendaciones de la «organización científica del trabajo» de F. W. Taylor. Cada operación quedaba compartimentada en una sucesión de tareas mecánicas y repetitivas, con lo que dejaban de tener valor las cualificaciones técnicas o artesanales de los obreros, y la industria naciente podía aprovechar mejor la mano de obra sin cualificación de los inmigrantes que arribaban masivamente a Estados Unidos cada año.
Los costes de adiestramiento de la mano de obra se redujeron, al tiempo que la descualificación de la mano de obra eliminaba la incómoda actividad reivindicativa de los sindicatos de oficio (basados en la cualificación profesional de sus miembros), que eran las únicas organizaciones sindicales que tenían fuerza en aquella época en Estados Unidos.
Con el famoso Ford T
Al mismo tiempo, la dirección de la empresa adquiría un control estricto sobre el ritmo de trabajo de los obreros, regulado por la velocidad que se imprimía a la cadena de montaje. La reducción de los costes permitió, en cambio, a Ford elevar los salarios que ofrecía a sus trabajadores muy por encima de lo que era normal en la industria norteamericana de la época: con su famoso salario de cinco dólares diarios se aseguró una plantilla satisfecha y nada conflictiva, a la que podía imponer normas de conducta estrictas dentro y fuera de la fábrica, vigilando su vida privada a través de un «departamento de sociología». Los trabajadores de la Ford entraron, gracias a los altos salarios que recibían, en el umbral de las clases medias, convirtiéndose en consumidores potenciales de productos como los automóviles que Ford vendía; toda una transformación social se iba a operar en Estados Unidos con la adopción de estos métodos empresariales.
El éxito de ventas del Ford T, del cual llegaron a venderse unos 15 millones de unidades, convirtió a su fabricante en uno de los hombres más ricos del mundo, e hizo de la Ford una de las mayores compañías industriales, hasta nuestros días. Fiel a sus ideas sobre la competencia y el libre mercado, no intentó monopolizar sus hallazgos en materia de organización empresarial, sino que intentó darles la máxima difusión; en consecuencia, no tardaron en surgirle competidores dentro de la industria automovilística, y pronto la fabricación en cadena se extendió a otros sectores y países, abriendo una nueva era en la historia industrial.
Henry Ford, por el contrario, reorientó sus esfuerzos hacia otras causas en las que tuvo menos éxito: fracasó primero en sus esfuerzos pacifistas contra la Primera Guerra Mundial (1914-18); y se desacreditó luego organizando campañas menos loables, como la propaganda antisemita que difundió en los años veinte o la lucha contra los sindicatos en los años treinta.

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Bill Gates




William Henry Gates III nació el 28 de octubre de 1955. Es hijo de William Henry Gates II, un destacado abogado, y de Mary Gates, una profesora de la Universidad de Washington y directora del First Interstate Bank. Con ellos y su hermana, dos años mayor, vivió en la ciudad de Seattle, en el estado de Washington. Hasta sexto grado fue alumno regular de un colegio público.
Cursó estudios en la escuela privada de élite de Lakeside, en Seattle. Esta escuela tenía ya una computadora en el año 1968, así que Gates tuvo la posibilidad de contactar pronto con la máquina y aficionarse a la informática. También en Lakeside conoció a Paul Allen, con quien más tarde fundaría Microsoft.
Creó la empresa de software Microsoft el 4 de abril de 1975, siendo aún alumno en la Universidad de Harvard. En 1976 abandonó la universidad y se trasladó a Albuquerque, sede de MITS, para pactar con esa empresa la cesión de un lenguaje para computadoras, el Basic, el 50%. Al año siguiente, se enteró del éxito de la empresa Apple y de que necesitaban un intérprete de Basic.

Bill Gates en el IT-Forum de Copenhague, año 2004.
En 1980, se reunió con representantes de IBM en Seattle. Consiguió venderles el sistema operativo MS-DOS, aunque él aún no lo tenía y luego lo compró a muy bajo precio a un joven programador. IBM necesitaba ese sistema operativo para competir con Apple, razón por la cual la negociación era flexible. Microsoft quiso los derechos de licencia, mantenimiento, e incluso la facultad de vender el DOS a otras compañías. IBM aceptó, considerando que lo que produciría dividendos sería el hardware y no el software. Unos días después, Microsoft compró los derechos de autor del QDOS a Tim Paterson, que trabajaba para la Seattle Computer Products, por 50.000 dólares, que vendió a IBM como MS-DOS (Microsoft DOS). Lo que llama poderosamente la atención fue que IBM no comprara el MS-DOS sino que decidiera pagar a Microsoft un canon por cada copia que se vendiera junto con un IBM-PC. Lo que pocas veces se ha dicho es que por esos tiempos la madre de Gates, Mary Maxwell, era directiva de la empresa United Way conjuntamente con el CEO de IBM, John Opel. [cita requerida]
Consciente de la importancia del entorno gráfico que había mostrado Apple (originalmente la interfaz gráfica y el "ratón" fueron desarrollados por Xerox PARC) en su ordenador Lisa, se propuso conseguir también el entorno gráfico y el "ratón" para operarlo. Mientras, Steve Jobs, fundador de Apple, iniciaba el desarrollo del Macintosh, Bill Gates visitó Apple. Ofrecía mejorar sus hojas de cálculo y otros programas. Amenazaba con vender su material informático a IBM, con lo que obtuvo una alianza Apple-Microsoft. Microsoft obtuvo legalmente la tecnología del entorno gráfico y del ratón, y sacó al mercado Microsoft Windows, como directo competidor de Macintosh.
Al comenzar el tercer milenio, el sistema operativo Microsoft Windows (en todas sus versiones) se utiliza en la mayor parte de ordenadores personales del planeta.
Bill Gates está segundo en la lista anual de las mayores fortunas personales realizada por la revista Forbes, con bienes calculados alrededor de los 53 mil millones de dólares estadounidenses en 2010 superado por Carlos Slim con 53,5 mil millones. En 1994, adquirió un manuscrito de Leonardo da Vinci por 30 millones de dólares.
El 16 de junio de 2006 hace pública su intención de abandonar sus labores diarias al frente de Microsoft hacia 2008 para dedicarse por entero a la fundación. La transición de responsabilidades será progresiva para evitar afecciones negativas en el desarrollo diario de la empresa, continuando como Presidente Honorario de la misma. El día 27 de junio de 2008 abandona sus labores al frente de Microsoft cediendo el control de la empresa a Steve Ballmer; inicialmente Bill Gates tendrá dedicado su tiempo al 70% con la Fundación Bill y Melinda Gates y el otro 30% a la empresa.

Carlos Slim Helú


Carlos Slim Helú nació en una familia libanesa. Su padre fue un católico maronita de nombre Youssef Slim, y emigró desde el Líbano a la edad de 14, y cambió su nombre a Julián Slim Haddad, agregando el apellido de su madre, según era costumbre. Hijo también de Linda Helú, Carlos Slim Helú se tituló como ingeniero civil en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde impartió álgebra y programación lineal. Desde joven comenzó a invertir en la compra de negocios, los cuales hacía prosperar, así como en la compraventa de bienes raíces, en el centro de la Ciudad de México.
A principios de los años ochenta y en medio de una crisis que paralizó a México y con fugas de capitales históricas, Slim y su grupo realizaban inversiones fuertes en el país, y adquirieron varias empresas.
Carlos Slim ha mencionado repetidamente que esta etapa del país le recordó por lo que pasó su padre Julián Slim, cuando en 1914 y en plena Revolución Mexicana le compró a su hermano mayor el 50 por ciento restante del negocio que tenían en común, llamado "La Estrella de Oriente", creyendo así en México y en su destino. «Si mi papá, en plena Revolución, con el país sacudido, sin todavía tener familia, siendo extranjero y sin el arraigo que te da el tiempo, confió en México y en su futuro, cómo no iba a hacerlo yo», ha dicho Carlos Slim en algunas entrevistas.3
La actividad de Carlos Slim se ha venido diversificando en varios sectores. En 1997 adquirió acciones de Apple Inc., justo antes del lanzamiento de la iMac, con lo que logró multiplicar su fortuna.4
En 1997 adquirió Prodigy, un proveedor estadounidense de Internet. Carlos Slim logró hacer de esta empresa un poderoso servidor de diversos servicios de Internet hasta lograr una alianza con MSN, lanzando un portal en español de la mano con Microsoft. Éste, al poco tiempo, se convertiría en portal puntero en México.
El 10 de septiembre de 2008 compró un 6,4% del periódico estadounidense The New York Times, es decir 9,1 millones de acciones, por un valor aproximado de $123 millones de dólares. Según Slim, éste es un movimiento estrictamente financiero y no una estrategia para entrar en el mundo de los medios estadounidenses. Con esta participación accionaria se convirtió en el tercer accionista más grande de la compañía, después de la familia Ochs-Sulzberger, quienes han mantenido el control accionario del Times desde 1898, y del fondo de cobertura Harbinger Capital Partners.